Sabiduría vs Conocimiento
- Pastor Israel Chapa Pérez

- 8 nov
- 2 Min. de lectura

La sabiduría se puede encontrar en cualquier lugar que Dios elija, ya sea que la escuchemos o no.
¿Es posible que a medida que aumenta el conocimiento tradicional, la sabiduría disminuya? La humanidad ha logrado mucho y tiene varios ingeniosos dichos, como «el conocimiento es poder». Pero eso es una especie de paradoja espiritual.
Consideremos las Escrituras: «Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: “Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;“» (Hechos de los Apóstoles 17:22). Pablo les habló a su mismo nivel espiritual. Él no los recriminó y luego se fue. Él no les reclamó: «Sus ídolos son indignantes y tienen que destruirlos». Él probablemente ponderó sus pensamientos y decidió practicar la diplomacia.
Pablo encontró una manera de enseñarles un nuevo conocimiento acerca de su misericordioso y todopoderoso Dios, utilizando un pequeño asomo de entendimiento que encontró entre estos sabios atenienses: «porque mientras caminaba observé la gran cantidad de lugares sagrados. Y uno de sus altares tenía la siguiente inscripción: “A un dios no conocido”. Este Dios, a quien ustedes rinden culto sin conocer, es de quien yo les hablo» (Hechos de los Apóstoles 17:23).
La sabiduría se puede encontrar en cualquier lugar que Dios elija, ya sea que la escuchemos o no: «La Sabiduría hace oír su voz en las calles; clama en la plaza pública.» (Proverbios 1:20). Debemos clamar en oración para obtener conocimiento y buscarlo como un tesoro, no obstante las Escrituras nos advierten acerca de extraviarnos si ponemos nuestro enfoque solo en ello: «Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera
una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros,
yo no sería nada» (1 Corintios 13:2).
La Palabra de Dios nos ofrece dirección para esos momentos cuando nos apartamos de Su camino de sabiduría: «Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios» (Miqueas 6:8). La comunicación y las señales son herramientas de navegación. Pidamos sabiduría y observemos los frutos que provienen de esa petición. «La sabiduría es un árbol de vida a los que la abrazan; felices son los que se aferran a ella» (Proverbios 3:18).
En esta búsqueda del tesoro espiritual, debemos ir conectando los puntos que nos van a ayudar a mantenernos enfocados para conseguir la sabiduría celestial de nuestro fiel Dios vivo, de la que nos habla Santiago 3:17:
"Sin embargo, la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz. siempre es amable y dispuesta a ceder entre los demás. Está llena de compasión y del fruto de Buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera".





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