5 consejos para la amistad antes de ser novios
- Pastor Israel Chapa Pérez
- 16 ago 2024
- 4 Min. de lectura

«Amigovios», «nos estamos conociendo», «nos gustamos, pero solo somos amigos». Qué etapa más extraña e incómoda en una relación, ¿verdad?
La amistad antes del noviazgo
Esta etapa en la que somos amigos, pero todavía no novios, es bastante peculiar. Conocemos a un chico o chica, formamos una amistad y, entonces, decidimos que queremos conocernos más para poder decidir si queremos empezar un noviazgo para considerar el matrimonio juntos. Tenemos una amistad sincera, pero también hay sentimientos involucrados. Queremos conocernos como amigos, pero también nos conocemos para decidir sobre un futuro noviazgo. No somos novios, porque no hay ningún compromiso ni tenemos el matrimonio en mente aún, pero vamos encaminados a eso.
En esta etapa, a veces es difícil mantener la distinción entre amistad y noviazgo. Por eso quiero compartirte cinco consejos que te van a servir, para caminar esta etapa de amistad de manera piadosa. Dirijo los consejos a las mujeres que leen este artículo, aunque también tiene aplicación para los hombres.
1. No corras
No tengas prisa. El hecho de que esta etapa sea incómoda en algunas ocasiones, no quiere decir que tenga que terminar pronto. La etapa de la amistad es preciosa cuando se aprovecha y se gestiona de una manera piadosa. Correr solo hará que puedas cometer errores, que no te fijes en lo importante y que acabes decidiendo por impaciencia.
La Palabra de Dios nos anima a que podamos ser pacientes, porque en nuestra paciencia se muestra nuestra sabiduría (Proverbios 14:29). Recuerda que tu amigo o amiga es también tu hermano en Cristo, y como tal, puedes aprender de él, servir con él, animarle y ser animada. Estos son frutos de una amistad que tienen eco en la eternidad. (Y si tu amigo no es creyente, haz caso de inmediato a la advertencia bíblica sobre el yugo desigual).
Disfruta de esta etapa y sé paciente, pues todo tiene su tiempo (Eclesiastés 3:1).
2. Fíjate en su carácter
Quizás eres de las personas que tiene una lista de cosas que su futuro esposo o esposa debe tener sí o sí. Eso no está mal, pero te animo a que te fijes en lo verdaderamente importante: si ama a Dios y ama a los demás.
Es importante conocer bien su relación con Dios, y el termómetro ideal es ver su amor en esas dos direcciones: la vertical (con Dios) y la horizontal (con otros). El gran mandamiento que Jesús nos dio fue amar a Dios con todo nuestro ser y a los que tenemos a nuestro alrededor como a nosotros mismos (Mateo 22:37-39).
¿Cómo ver esto de manera práctica? Presta atención a cómo es en los estudios, en el trabajo, en la iglesia, con su familia, con sus amigos, con las demás chicas, con los no creyentes, etc.
3. Pon límites
Es muy importante que guardes tu corazón en esta etapa. Es una temporada donde fácilmente se pueden sobrepasar límites que son sanos para el momento de la relación en el que estás. No pienses que por estar seguro de que vas a acabar formalizando la relación, puedes saltar esos límites. La realidad es que estás en una etapa de «prueba».
Por eso, guarda tu corazón, que es lo más valioso que tienes (Proverbios 4:23). Guarda tu corazón en el aspecto físico, emocional y espiritual.
No uses emojis con corazones, no te quedes hasta tarde hablando con él o ella, no estén solos cuando se vean, no hablen de temas íntimos. Sean cuidadosos porque están conociéndose. ¡Y esto no es una lista de cosas por hacer! Son solo ejemplos que puedes usar. Te animo a que establezcan sus propios límites delante de Dios y siguiendo el consejo de otros creyentes maduros en la fe, lo cual nos lleva al siguiente punto.
4. Rodéate de consejeros
Como cristianos, somos puestos en una comunidad. Tenemos la responsabilidad de rodearnos de personas que cuiden de nosotros, que nos exhorten, animen, oren por nosotros y nos acompañen. Recuerda: «Sin consulta, los planes se frustran, / Pero con muchos consejeros, triunfan» (Proverbios 15:22). Los Proverbios nos animan en varias ocasiones a buscar consejo en los sabios, pues esto afirmará nuestros pensamientos.
Te animo a buscar a personas que puedan ser tus guías espirituales en una de las decisiones más importantes de tu vida, como lo es la decisión de entrar a un noviazgo encaminado al matrimonio. Confía en su criterio como personas maduras, escucha su consejo aunque sea difícil y no sea el que quieres escuchar.
Busca a personas de tu comunidad cristiana, pero también honra a tus padres en esta decisión. Te animo a hablar con ellos, pues son las personas que mejor te conocen y que pueden ver lo que no ves por estar «cegado(a)» por los sentimientos. También te animo a buscar algunas personas maduras en tu iglesia y pedirles que te acompañen en este proceso. Pídeles que los observen a ambos, que oren contigo y que estén aconsejándote.
5. Ten un objetivo claro
Muchas personas usan las citas para usar y tirar, pero los cristianos debemos ser diferentes. Debemos tener en mente que el objetivo último de acercarnos a alguien del sexo opuesto de una manera romántica debe ser siempre que esa relación acabe en el matrimonio.
La amistad con propósito es una etapa de prueba y te ayudará a decidir cuándo iniciar un noviazgo que busca el matrimonio. Si bien es cierto que en muy raros casos la persona con la que empecemos un noviazgo será la persona con la que nos casemos, sí sabemos que tenemos el objetivo del matrimonio en mente.
Alguien me enseñó el refrán «Amistad larga, noviazgo corto y matrimonio para toda la vida». Creo que hay sabiduría en esas palabras. Por supuesto, cada amistad será diferente, cada noviazgo será diferente, pero te animo a que sigas estos cinco consejos para llevar la relación de amistad, antes de ser novios, de una manera piadosa.
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