La vida es como un rompecabezas (Parte 1)
- 20 dic 2018
- 10 Min. de lectura

Paso 1: “Define tu propósito”
Hay veces que por falta de creatividad no nos percatamos de que todo lo que Dios hace siempre tiene un propósito. Por ejemplo el simple hecho de permitir que una afición hacia un pasatiempo nos deje tantas enseñanzas para aplicarlas a la vida real, cumpliendo con lo que la Biblia nos dice “examinadlo todo y retened lo bueno.” (1 Tesalonicenses 5:21)
“Porque yo sé los planes que tengo para vosotros —declara el Señor— planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11
“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.” Romanos 8:28
“¿Quién soy en el mundo? Ese es el gran rompecabezas.” Lewis Carroll
El problema de la gran mayoría de las personas que habitan este planeta es que no entienden cuál es el propósito para el cual están aquí, y eso les lleva a no tener una clara estrategia que les ayude a armar su rompecabezas. Viven sus vidas intentando unir las piezas como bien les parece, frustrados porque no avanzan y cargados de negatividad y pesimismo, simplemente porque no encuentran qué hacer con su propia vida.
El tener claridad en cuanto al propósito de Dios para tu vida es como tener preparada de antemano la estrategia para armar el rompecabezas: sabes qué necesitas, tienes un panorama amplio de lo que harás, cómo, cuándo, dónde, etc. y eso te ayudará a alcanzar todo lo que te propongas: una carrera universitaria, un gran negocio, el tipo de servicio en el cual te involucrarás en la iglesia a la que perteneces, un viaje a otros países, te ayudará aun en tus relaciones, qué tipo de amigos deseas, quién y cómo será tu novio(a), tu esposo(a), cómo tener tu propia casa, etc.
Personalmente creo que el propósito de Dios es entender para qué fuiste creado, saber para qué estás sobre la tierra, comprender hacia dónde Dios te quiere guiar y caminar hacia ese lugar.
Conocer el propósito de Dios para ti te da dirección en la vida. Es como estar frente a un rompecabezas, tomar todas las piezas y desparramarlas por toda la mesa. Esa figura quedará toda desordenada, revuelta, y será todo un caos empezar de cero otra vez. Pero de repente miras la parte superior de la caja y ves un hermoso paisaje. Entonces te das cuenta que todo ese desorden sobre la mesa servirá para armar un hermoso paisaje.
Cuando tienes claro el propósito de tu vida puedes entonces ver algo así como el final del trayecto antes de haber estado ahí, eres capaz de ver de antemano en qué terminará o debería terminar todo. “El propósito de su vida es excesivamente mayor que su realización personal, que su paz mental, e incluso que su felicidad. Es excesivamente mayor que su familia, que su profesión y que sus mayores sueños y ambiciones. Si quiere saber por qué fue puesto en este planeta, tiene que empezar con Dios. Usted nació debido a Su propósito y para Su propósito.” Rick Warren, Una vida con propósito, Editorial Vida, 2002.
Durante el transcurso de mi vida he cometido muchos errores y he tomado muchas decisiones equivocadas. Cuando hoy me pregunto “¿por qué será que lo hice?”, es clara la respuesta: porque no tenía una estrategia definida (no tenía un claro propósito de vida), y como resultado hice cosas sin sentido, sin dirección y sin valor que a su vez produjeron fracasos, heridas, aflicción y arrepentimiento.
Si has sufrido por haber tomado malas decisiones, sigue leyendo, descubrirás cómo ordenar y planificar tus movimientos para lograr armar correctamente el rompecabezas de tu vida.
Recuerda que tomar buenas decisiones está en tus manos: toma todas las piezas de tu vida y riégalas en una mesa, no te desalientes si ves las cosas confusas, levanta tu mirada y ve la portada de la caja (descubre el propósito de tu vida) y todo el panorama se despejará. Luego entonces empieza a darle forma a tu rompecabezas.
Paso 2: “Ordena y planifica”
Cuando uno se prepara para armar un rompecabezas, no importa el tamaño, uno debería de hacer dos cosas: ordenar y planificar, porque si lo haces para armar un rompecabezas, lo harás también para tu propia vida.
“La planificación es un proceso relacionado con la capacidad del ser humano de establecer metas y elegir medios adecuados para alcanzarlas. Este método permite la ejecución de planes de manera directa, los que deben ser realizados de acuerdo a lo que se planeó previamente. La planificación permite delimitar las acciones a realizar, como así también asignarles un tiempo razonable para su puesta en marcha.” Libro online “Importancia de la planificación y hábitos en el estudio”, Universidad Andrés Bello.
Con ordenar y planificar me refiero a lo siguiente:
1. Hazte una imagen mental de la figura que vas a armar.
Cuando tengo un rompecabezas delante de mí siempre me tomo un tiempo para observar cuidadosamente la figura. Trato de ver los más mínimos detalles, intento de que mi mente grabe la forma, los colores, los diferentes objetos, etc.
Esto me ayuda mucho a medida que avanzo, porque cuando ya estoy armando el rompecabezas y mi mano toma una pieza hay una especie de intuición que me dice por dónde va o a qué sección pertenece. El detenerte unos momentos para observar el panorama completo ayuda a tener una idea general de lo que harás y aun puedes calcular cuánto tiempo te llevará. ¿Acaso no deberíamos hacer esto en la vida real? Cuando inicias un proyecto o cuando tienes delante de ti algún desafío, es bueno que te tomes tu tiempo y hagas una profunda observación para lograr ver el panorama general y poner atención a cada detalle.
De esta manera, cuando ya estés en marcha o estés llevando a cabo tu proyecto, tendrás una idea clara de lo que estás haciendo porque en tu mente ya viste una representación de lo que debes lograr, y sabes por qué lo haces y hacia dónde vas.
El problema de muchos es que inician proyectos, diseñan planes y toman decisiones sin saber exactamente por qué lo hacen. Muchos dicen que es por inspiración, creatividad, talento o algo parecido, pero aun así se necesita orden y planificación, de lo contrario podemos llevarnos sorpresas desagradables al fin.
2. Preparar todos los utensilios.
Para armar un rompecabezas de miles de piezas generalmente se necesita una mesa espaciosa, y además varios recipientes o cajas donde pongo piezas de rompecabezas por colores y por formas. Además dispongo un recipiente especial donde coloco todas la piezas que creo son de la orilla o contorno.
Este paso es muy importante para mí (más adelante explicaré por qué), así que también preparo una lámpara que me provea la luz suficiente por si se hace de noche. Otra cosa es que siempre tengo algo de tomar junto a mí y escucho música de fondo, esto me ayuda a crear un ambiente agradable para hacer lo que me gusta.
Me lleva un tiempo hacer estos preparativos, pero a la larga me han ayudado a hacer un buen trabajo. Recuerdo que cuando armé uno de cinco mil piezas me llevó casi un mes, pero calculo que si no hubiera hecho todo lo anterior tal vez todavía estuviera armándolo.
A esto le llamo ordenar y planificar, porque una cosa es tener todas las piezas regadas sobre la mesa y otra bien diferente es tenerlas enfrente pero ordenadamente. Luego decido por dónde empezar, planifico la estrategia, calculo cuánto tiempo me llevará, decido cuánto tiempo le voy a dedicar por día, qué horarios de esos días me abocaré a ello, etc.
¿Qué tal si hiciéramos esto en la vida nuestra de cada día? Generalmente hacemos las cosas sin un orden preestablecido y mucho menos planificando de antemano. Hacemos las cosas o iniciamos algo sin tomar en cuenta estos dos aspectos fundamentales y luego vamos por la vida sin dirección, sin planes, sin una idea clara de hacia dónde vamos, lo que produce resultados obvios que generalmente incluyen fracasos, derrotas, depresiones, ansiedades, caídas y mucho más.
Pero quien aprende de verdad a ordenar y a planificar, y quien hace un estilo de vida de esto, puede considerarse una persona exitosa y triunfadora, porque aun en la observación que hizo al principio pudo ya saber que lo que está haciendo es de Dios, y esto le garantiza doblemente que el éxito está por venir.
A lo largo de mi vida he experimentado tres grandes fracasos que dejaron una profunda huella en mi vida.
Cuando reviso ese tiempo y lo evalúo, reconozco que el mayor error fue no planificar: no calculé el costo. Resultado: tiempo, dinero, esfuerzo y otros recursos perdidos.
Hoy en día, cuando comparo las tres situaciones, llego a la conclusión de que esos fracasos fueron el resultado de la falta de una buena planificación. Lo positivo de todas esas vivencias es que al final aprendí cuán importante es planificar en la vida.
Así es, no ordené y no planifiqué de acuerdo con lo que Dios dice, no observé el panorama general, no le puse atención a los detalles, no hice cálculos adecuados y al final descubrí completa frustración por no alcanzar aquello que deseaba. Si hay un culpable en todo esto es la persona que miro al espejo todos los días.
Es cierto que es muy bonito hacer cosas espontáneas, siempre y cuando esas cosas no pongan en peligro tu vida o algo personal y cuando no sean todos los días. Si de pronto haces un estilo de vida de cosas espontáneas y eres dirigido por ellas, pues entonces puede ser muy peligroso, pues no sabes el resultado de algo que no has planeado con anticipación. Con el pasar de los años he aprendido que aun las cosas espontáneas pueden ordenarse y planificarse sin quitarles ese sabor fresco y desenvuelto que tienen las actividades no planeadas.
Paso 3: Proyecta tus metas específicas a corto plazo
Cuando recibía la caja con el rompecabezas y después de preparar todos los utensilios como vimos en el paso anterior, lo más importante era buscar las piezas de toda la orilla para armar el cuadro.
Tener el rectángulo armado para mí es de mucha utilidad, pues teniendo ya el cuadro me ayudaba a tener una idea del tamaño real y la forma que tendría al finalizar el pasatiempo. Tener este panorama enfrente me ayudaba entonces a ubicar después las demás piezas calculando el espacio y el lugar donde luego calzarían las piezas.
Para mí esto en la vida es como definir las metas específicas a corto plazo, es como poner bases sobre las cuales construiré algo que con el paso del tiempo será sólido y firme. Cuando yo tengo metas a corto plazo y luego las alcanzo, eso me motiva a no detenerme, porque sé que ya di el primer paso y que lo logré. De esta forma queda como una línea trazada que me servirá para seguir y alcanzar lo que está más adelante. Establecer metas a corto plazo me ayuda para que haga cálculos de cómo, cuándo y dónde alcanzar la meta final.
Arnoldo Arana, docente y autor del libro “El Carácter: Factor clave en la gestión del Líder” dice que “las metas sin sueños son simples actividades y los sueños sin metas son quimeras, meras ilusiones. La meta es un objetivo, propósito o sentido de dirección hacia el cual dirige todas sus energías, anhelos y esfuerzos. Son los blancos hacia los cuales enfocas tu vida. Una meta involucra el esfuerzo organizado y planificado de lo que quieres ser y alcanzar en la vida. Una persona con metas tiene dirección en su vida, establece prioridades, rebosa energía y ánimo, es más creativa y busca con más persistencia la excelencia.”
El autor de varios éxitos de ventas, John Maxwell, menciona lo siguiente en su libro “El viaje del éxito:”
“Sus sueños determinan sus metas. Sus metas trazan sus acciones. Sus acciones crean los resultados. Los resultados le traen éxito.”
En un rompecabezas, el tener la orilla armada ayuda muchísimo, pues ya puedo calcular cuánto tiempo necesitaré para armarlo todo, puedo trazar un camino por dónde seguir, y puedo casi saber dónde van las piezas por la forma y el color que tienen.
Aprendí que es importante dar el primer paso, porque muchas veces queremos hacer cosas, iniciar un proyecto, un negocio, iniciar una nueva relación sentimental, etc., pero no aprendemos que en todo hay un primer paso que dar, el cual debe ser el correcto, porque si nos equivocamos, todo el proyecto sufre y puede traer serias consecuencias en el futuro.
Tenía mucha razón nuestro Señor Jesús cuando hablaba de la prudencia y cuenta la historia donde hace una comparación entre uno que construye una casa sobre la arena y otro que la construye sobre tierra firme o un buen fundamento:
“El que escucha lo que yo enseño y hace lo que yo digo, es como una persona precavida que construyó su casa sobre piedra firme. Vino la lluvia, y el agua de los ríos subió mucho, y el viento sopló con fuerza contra la casa. Pero la casa no se cayó, porque estaba construida sobre piedra firme. Pero el que escucha lo que yo enseño y no hace lo que yo digo es como una persona tonta que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, y el agua de los ríos subió mucho, y el viento sopló con fuerza contra la casa. Y la casa se cayó y quedó totalmente destruida.” Mateo 7:24-26
Para mí las metas específicas son como el fundamento, pero ojo, si se trazan mal las metas a corto plazo es como construir sobre la arena, y aquí estoy hablando por mi propia experiencia. ¡Cuántas veces, por no delinear mis metas específicas a corto plazo de la manera correcta, me he enfrentado a un fracaso y tener que aprender una dura lección con todo el dolor que eso involucra! No se lo recomiendo a nadie.
Pero si las metas se trazan bien será como construir una casa sobre fundamento sólido, y esto nos garantiza un buen final. Esto me pasa con los rompecabezas, cuando tengo la orilla formada me siento seguro de lo que hago y siento tranquilidad de saber que llegaré al final a pesar de lo que pase en el camino.
Delinear tus metas de antemano te dará la seguridad de que estás haciendo lo que Dios tiene en Sus planes para ti. Es como discernir y poder decir “por aquí es donde Dios quiere que camine.” Cuando lo hagas sabrás que de allí en adelante las equivocaciones ya serán menos, porque de seguro te cruzarás con alguna, pero serán escasas y menos dolorosas.
Te animo a que revises cómo están tus metas a corto plazo, y si ves que hay algo que no tiene sentido entonces pídele a Dios que te ayude a hacer las correcciones necesarias, recuerda que si das mal el primer paso todo lo que sigue a continuación será una ruina.
Ahora bien, puede ser que tú estés precisamente en medio de una situación difícil, tal vez estés pensando “¿por qué no lo supe antes, por qué no me lo dijeron? Ahora ya es tarde.”
Pero si has llegado hasta este punto en la lectura, quiero decirte algo: nunca es tarde. Uno de los propósitos de esta publicación es animarte a que no renuncies a lo que estás haciendo. No renuncies a los sueños que Dios depositó muy profundamente en tu corazón.
Si de alguna u otra manera sientes que te has equivocado al trazar el rumbo, quiero animarte a que te tomes un momento para hacer una pausa. Tómate un descanso y pídele ayuda a Dios para que luego puedas empezar a reordenar o replanificar lo que estás haciendo.
Estoy aquí para decirte que sí se puede. Yo fallé en mis objetivos tres veces porque no tuve a nadie a mi lado que me dijera qué hacer en ese momento. Nadie estuvo allí para motivarme ni tampoco para enseñarme lo que se podía hacer.
Jim Rohn (1930 - 2009), un empresario estadounidense, autor y orador motivacional, dijo: “Si no diseñas tu propio plan de vida, es probable que caigas en el plan de algún otro. ¿Y sabes lo que ese otro tiene planeado para ti? No mucho.
Te animo a que empieces a proyectar tus metas a corto plazo hoy mismo.
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