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  • Foto del escritorPastor Israel Chapa Pérez

Samhain: la fiesta de cosecha celta que dio origen al Halloween



Para celebrar las cosechas de otoño, los antiguos celtas se congregaban para Samhain: la tradición ominosa que dio origen al Halloween.


Durante las noches, la luna de otoño brilla con una intensidad distinta. Es la época del año en la que empieza a hacer frío. Así también, los espectros y habitantes de las sombras recobran la escena nocturna. En la Antigüedad, los celtas aprovechaban la bonanza que traía esta temporada para conmemorar a sus muertos. Para ellos, la división entre el mundo espiritual y el terreno era mínima. Por ello, año con año se congregaban durante Samhain: la fiesta de cosecha para recordar a los difuntos, mientras los vivos disfrutaban de comida, alcohol y danza.


¿Qué es y cuándo se celebraba Samhain?


Originalmente, el Samhain era considerada por el mundo cristiano como una festividad pagana. A pesar de que databa de mucho tiempo antes, fue castigada por el clero en Europa como parte de ceremonias que se alejaban de la fe, invocando espíritus malignos que mortificaban las almas de las personas que ya habían trascendido este plano de existencia.


Los festejos en torno a la cosecha, sin embargo, no se centraban en invocar espíritus sombríos. Por el contrario, era un momento de reencuentro con las personas que ya habían fallecido. A diferencia del Día de Muertos mexicano, esta tradición celta se enfocaba en marcar el inicio de la “temporada oscura del año“, que aludía al invierno.

Por ‘oscura’, sin embargo, no se referían a ‘maligno’, sino sencillamente a la falta física de luz que se vive en esta temporada sobre las latitudes más altas del hemisferio norte. Así lo explica History:


“Los celebrantes creen que las barreras entre el mundo físico y el mundo espiritual se rompen durante Samhain, lo que permite una mayor interacción entre los humanos y los habitantes del Otro Mundo”.


Más aún, las tribus celtas consideraban que ésta era la más significativa de las 4 celebraciones del festival del fuego. Como ocurre entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno, era mucho más probable que los espectros de otro mundo pudieran reunirse con sus familias en la Tierra. Por ello, los vivos sentían que era más propicio y fácil honrar a los espíritus el 31 de octubre de cada año.



Una fiesta de cosecha ominosa


Así como el Samhain marca la diferencia entre el verano y el invierno, los celtas consideraban necesario realizar sacrificios de ganado para representar su compromiso con los muertos. De la misma manera, un sacerdote druida encendía un disco de hierro que, con la fricción, se encendía al caer la noche para representar la fuerza del Sol.

Mientras ocurría todo esto, se encendía una pira ritual en torno a la cual se orquestaban oraciones y bailes en honor a los espíritus. Los miembros de la comunidad que no participaran de las actividades del Samhain, según decía la tradición, quedarían malditos hasta enmendar su falta de respeto. Entre las maldiciones figuraban enfermedades, carencias económicas y malas cosechas. En algunos casos, podría terminar en la muerte.


Estas acciones no fueron vistas con buenos ojos por el cristianismo, que las consideró como brujería e idolatría. Las ofrendas y altares que los celtas erigían para Samhain fueron destruidos en algunos casos. De ahí que las ramas más conservadoras del cristianismo sigan calificando estas manifestaciones culturales como demoniacas, y se les invalide incluso en la actualidad.


¿Qué tiene que ver con el Halloween?


A pesar de las resistencias cristiana, la fiesta celta de Samhain fue adoptada por algunos cristianos y se convirtió en Halloween. Así como sucedía en los festivales del fuego celtas, las personas empezaron a portar máscaras. La costumbre muy pronto se transformó en disfraces completos, para representar no sólo espectros y seres de ultratumba, sino figuras públicas y otros iconos de la cultura popular.


Para ello, la antigua tradición celta tuvo que migrar junto con los irlandeses que se mudaron al continente americano durante el siglo XIX. Aunque originalmente las máscaras y vestiduras rituales se utilizaban como protección contra los espíritus malignos, en la actualidad los disfraces se usan con fines lúdicos.



Si bien la fiesta no se celebra fielmente a la tradición celta, algunas reminiscencias celtas circundan todavía al Halloween. A pesar de que eso es cierto, algunos brujos de la tradición Wiccan intentan seguir el festejo original en Estados Unidos y en los países que logren influenciar. Algunas comunidades en Irlanda continúan con sus festejos que, aunque considerados paganos en un país católico, se encienden el 31 de octubre, en honor a las almas que han dejado este mundo.

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