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  • Foto del escritorPastor Israel Chapa Pérez

¿Caminan los ángeles entre nosotros hoy?


¿Caminan los ángeles entre nosotros hoy? Es una pregunta bíblica clásica y una que aún no habíamos abordado hasta hoy.


Hebreos 13:2: “No se olviden de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”. He leído este texto a menudo y me pregunto qué significa nos escribió alguien. ¿Significa que los ángeles están caminando entre nosotros en forma humana en este momento y no somos conscientes de ellos?».

Permítanme dar un trasfondo sobre los ángeles en general y luego daré mi respuesta en el contexto de esa imagen más amplia.


Actividad angelical


Primero, este es un vistazo de la actividad de los ángeles en el Antiguo Testamento:

  • Jueces 13:3: «El ángel del Señor se le apareció a la [la futura madre de Sansón], y le dijo: “Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo”».

  • Salmo 34:7: «El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los rescata».

  • Salmo 91:11: «Pues Él dará órdenes a Sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos».

  • Daniel 6:22: «Mi Dios envió Su ángel, que cerró la boca de los leones».

  • Salmo 103:20-21: «Bendigan al Señor, ustedes Sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutan Su mandato, obedeciendo la voz de Su palabra. Bendigan al Señor, ustedes todos Sus ejércitos [angelicales], que le sirven haciendo Su voluntad».

Vemos en el Antiguo Testamento que los ángeles son mensajeros de Dios; son protectores del pueblo de Dios. Hacen innumerables cosas obedientes en respuesta a la orden de Dios.


Cuando llegamos al Nuevo Testamento, este comienza con una gran ráfaga de actividad angelical en torno al nacimiento de Jesús en Mateo y Lucas (Mateo 1:20-25; Lucas 1:26-38; 2:8-14) y luego hay alguna actividad de parte de los ángeles durante la vida de Jesús (Marcos 1:13; Lucas 22:43). Más adelante, en el libro de los Hechos, los ángeles rescatan a los cristianos de la prisión dos veces (Hechos 5:17-21; 12:6-11). Guían a Felipe al eunuco etíope (Hechos 8:26-40), a Cornelio hasta Pedro (Hechos 10: 3-8) y a Pedro hasta Cornelio (Hechos 10: 9-16). Matan a Herodes (Hechos 12: 21-23) y le recuerdan a Pablo que llegaría a Roma cuando él estaba en el barco (Hechos 27:13-44).


La era del espíritu


Al ir a las cartas de Pablo, Santiago, Juan, Pedro y Judas, casi no hay enseñanza sobre la función de los ángeles en nuestra experiencia actual, como mensajeros, protectores o guías. Veo esto y digo: «es increíble». A mi me parece que el hecho de que todas esas cartas no tengan ninguna enseñanza sobre la experiencia actual de los ángeles en nuestras vidas, lo menos que puede significar es que no es esencial que conozcamos la enseñanza sobre los ángeles y cómo sirven a los cristianos ahora. Esa es mi conclusión.

Mi propia suposición sobre el por qué de esto es que el mismo Señor Jesús prometió que vendría a nosotros: «No los dejaré huérfanos; vendré a ustedes» (Juan 14:18). Prometió que estaría con nosotros «hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20), que daría dones a la iglesia (Efesios 4:7-16) y que Él mismo edificaría su iglesia para que las puertas del infierno no prevalezcan contra ella (Mateo 16:18). Jesús está haciendo eso, no los ángeles. Toda esta enseñanza sobre la inmediatez de Cristo mismo en esta era, junto con la presencia del Espíritu Santo, es tan abrumadora y gloriosa, que se ha apropiado de cualquier lugar prominente que pudiera tener la actividad angelical en la vida de los cristianos.


No estar consciente de los ángeles


Ahora, tengamos cuidado: decir que no hay un lugar prominente o que el conocimiento sobre ellos no es esencial, no significa que no haya un lugar donde los encontremos. La Carta a los Hebreos, de donde proviene esta pregunta, es el lugar donde podemos encontrar la respuesta más penetrante a la pregunta «¿Para qué son los ángeles?». Hebreos 1 dice así:

"Pero, ¿a cuál de los ángeles jamás ha dicho Dios: “Siéntate a Mi diestra hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies?”.

¿No son todos ellos [ángeles] espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación?» (Hebreos 1:13-14).


Aquí se destaca la preeminencia de Cristo sobre los ángeles. Pero luego está la asombrosa declaración de que los ángeles son espíritus ministradores enviados al mundo por Dios (ahora en esta era) para servir por causa de los cristianos. En otras palabras, dondequiera que los ángeles estén activos en el mundo, haciendo lo que Dios les asigne, es para que todo funcione en conjunto para el bien de los cristianos (Romanos 8:28).


Pero observa algo: el escritor de Hebreos no saca ninguna inferencia explícita respecto al ministerio angelical que deba afectar nuestro comportamiento, ni lo hace en ningún otro lugar de la carta de Hebreos. Lo más cercano sería el texto: «No se olviden de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles» (Hebreos 13:2).


La mayoría de los comentaristas piensan que esta es una referencia al tiempo en que Abraham recibió a tres ángeles (Génesis 18). Pero sea ese el caso o no, el punto del versículo es que, dado que se le ha mostrado hospitalidad a ángeles sin que el anfitrión lo sepa, no debemos descuidar este ministerio crucial de mostrar hospitalidad a los extranjeros, especialmente a los cristianos extranjeros, personas que no conoces. Ese es el punto: no los conoces. Si los conocieras, sabrías que no eran ángeles. Estos son extranjeros.


Entonces, considero que la respuesta a la pregunta es sí, hay ángeles entre nosotros. Pueden tomar la forma de un extraño que necesita tu hospitalidad. El punto de decir eso es poner muy en alto la enorme importancia de que los cristianos seamos generosos en nuestros hogares.


Cristo entre nosotros


Sin embargo, ten en cuenta dos cosas asombrosas que deberían impedirnos una especulación malsana sobre la llegada de ángeles a nuestros hogares.

Una es que Jesús ya dio un incentivo mucho más asombroso para la hospitalidad que este texto. Contó la parábola del juicio final. Aquellos a la diestra del Señor que le habían mostrado hospitalidad preguntan:


«[Señor], ¿cuándo te vimos como extranjero y te recibimos?… El Rey les responderá: “En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron”» (Mateo 25:38, 40).


¿Qué es mejor? ¿Dar la bienvenida a un peregrino cristiano y descubrir que era un ángel o acoger a un peregrino cristiano y descubrir que era Cristo?


La segunda cosa asombrosa a tener en cuenta es que tres versículos más tarde en Hebreos 13, cuando el escritor nos anima a no preocuparnos por el dinero que podríamos gastar en hospitalidad, no dice: «Oh, el ángel cuidará de ti». Él dice:

«Sea el carácter de ustedes sin avaricia, contentos con lo que tienen, porque Él mismo ha dicho: “Nunca te dejaré ni te desampararé”, de manera que decimos confiadamente:

El Señor es el que me ayuda; no temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?”» (Hebreos 13:5-6).


Entonces, la posición del Nuevo Testamento parece ser la siguiente: los ángeles son reales. Son enviados al mundo por causa de los cristianos. Podrías hospedar a un ángel sin saberlo. Pero mucho más importante es comprender que Cristo está entre nosotros; Cristo ha prometido cuidarnos; Cristo nunca nos dejará ni nos desamparará; Cristo puede ser hospedado en la persona de un creyente. Por tanto, la vida cristiana debería estar cien veces más orientada a Cristo que a los ángeles, y es por Él, por su causa, que nuestros hogares deberían estar abiertos.

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