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  • Foto del escritorPastor Israel Chapa Pérez

Si les mientes a tus hijos de niños, ellos mentirán cuando sean adultos



Los padres suelen utilizar mentiras inofensivas para que sus hijos obedezcan. Las más comunes sirven para modificar el comportamiento de los hijos y para que, a través del miedo, ellos hagan lo que se les pide. Por ejemplo, en muchos países es usual amenazar a los niños con que un monstruo imaginario se los comerá si ellos no comen verduras.


Otras mentiras frecuentes implican promesas que nunca se cumplen. Se les promete premios o recompensas que al final son olvidadas. Todas estas mentiras pueden parecer inocentes y que no causan ningún daño al niño. Sin embargo, un estudio ha probado que si les mientes a tus hijos de niños, ellos mentirán cuando sean adultos.


Estudios previos habían comprobado que las situaciones vividas durante la infancia marcan la adultez de cada persona. Incluso los sentimientos positivos y negativos de la madre durante el embarazo afectan la salud mental y física de una persona. Pero una reciente investigación por la Universidad Tecnológica de Nanyang, Singapur sugiere que mentir a tus hijos afectará su vida de adultos.


Padre mentiroso = hijo mentiroso


Esta investigación realizada en colaboración con la Universidad de Toronto de Canadá, la Universidad de California de los Estados Unidos, San Diego y la Universidad Normal de Zhejiang de China, se publicó en el Journal of Experimental Child Psychology. Allí se analizaron a más de 370 personas y compararon cómo sus infancias afectaron su adultez.


Al final del estudio concluyeron que aquellos adultos a quienes les habían mentido en su infancia tenían más probabilidades de mentirles a sus padres en la edad adulta. Ellos también tenían mayores problemas para enfrentar los desafíos psicológicos y sociales. Además tenían problemas de conducta, sentimiento de culpa y vergüenza, así como también un carácter egoísta y manipulador.

Setoh Peipei, profesor asistente de la Facultad de Ciencias Sociales de NTU Singapur, explica que:

≪La deshonestidad de los padres eventualmente puede erosionar la confianza y promover la deshonestidad en los niños. […] Nuestra investigación sugiere que la crianza de los hijos con mentiras es una práctica que tiene consecuencias negativas para los niños cuando crecen. Los padres deben ser conscientes de estas posibles implicaciones posteriores y considerar alternativas a la mentira, como reconocer los sentimientos de los niños, dar información para que los niños sepan qué hacer, esperar, ofreciendo opciones y resolución de problemas juntos, para provocar un buen comportamiento de los niños.≫

Los investigadores explicaron que existe la posibilidad de que las mentiras para afirmar el poder de los padres (Ejemplo: ≪si te comportas mal, le diré al vecino que te lleve.≫) causan más daño en la adultez que cuando se usa las mentiras para generar responsabilidad (Ejemplo: ≪ya no tenemos golosinas.≫).


Peipei afirma que utilizar esta clase de mentiras es una ≪forma de intrusión psicológica, que puede socavar el sentido de autonomía de los niños y transmitir el rechazo, en última instancia, socavando el bienestar emocional de los niños≫.

Puesto que si les mientes a tus hijos de niños, ellos mentirán cuando sean adultos, lo más recomendable es que los padres enseñen la honestidad con el ejemplo. No se puede exigir al hijo a practicar algo que no ha visto en sus padres. Si un niño ve que lo normal es que se mienta, entonces la verdad no será algo que practique cuando sea adulto. Lo cual le traerá consecuencias en todos los aspectos de su vida futura.


Colosenses 3:9 No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos.


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